Campesino es una empresa de marido y mujer con un toque norteamericano. El abuelo de Griselda, Pablo Ceja (al igual que en los viñedos y la bodega de Ceja) llegó a Estados Unidos en 1967 para buscar una vida mejor. Hoy la familia Ceja posee cientos de acres y varios niños manejan bodegas y viñedos. El esposo de Griselda, Marcario, quien creció cerca de Napa y fue arrastrado a las bodegas todos los fines de semana con sus padres para degustar vinos. El resto, como ellos dicen, es historia.
Una verdadera historia de éxito de inmigrantes estadounidenses.
